Aceite Extravirgen de Maíz
El Aceite Extravirgen de Maíz (Zea mays) es conocido por sus propiedades nutritivas y emolientes. Su uso culinario es ampliamente conocido (No te pierdas más abajo una antigua receta inspirada en la civilización Maya!)
También se utiliza para hidratar y suavizar la piel, aportando una sensación de confort y frescura. Es beneficioso para el cabello, ayudando a fortalecerlo y darle un aspecto saludable y brillante. Su alto contenido en ácidos grasos y antioxidantes contribuye a mantener la piel nutrida y protegida contra el daño ambiental, haciendo de este aceite una excelente opción para productos de cuidado personal.
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El aceite Extravirgen de Maíz se obtiene de los granos de maíz, una planta originaria de América Central y del Sur que ha sido cultivada desde hace miles de años. El maíz era un alimento básico en las civilizaciones precolombinas, como los mayas y aztecas, y su uso se extendió globalmente tras la llegada de los europeos al continente americano. El aceite de Maíz, derivado de sus granos, se ha utilizado en diversas culturas tanto en la cocina como en aplicaciones cosméticas.
Hoy en día, el aceite de Maíz es apreciado por su alto contenido en ácidos grasos esenciales, como el ácido linoleico, y su capacidad antioxidante. Estas propiedades lo convierten en un excelente ingrediente para hidratar y suavizar la piel, así como para fortalecer y dar brillo al cabello. En cosmética, el aceite de Maíz se utiliza en productos que buscan mejorar la elasticidad de la piel y proteger contra el daño ambiental. Aunque en la cocina es comúnmente utilizado para freír y aderezar, su uso en productos de cuidado personal se destaca por sus beneficios nutritivos.
Para preservar su calidad, el aceite de Maíz debe almacenarse en un lugar fresco y oscuro, en frascos de color oscuro, para evitar la exposición a la luz y el calor, que pueden deteriorar sus propiedades con el tiempo.
En las intrincadas marañas de la historia mesoamericana, las civilizaciones maya y azteca emergieron como guardianas de un tesoro líquido. Más que un mero ingrediente culinario, este oro líquido se convirtió en un símbolo de riqueza y espiritualidad, tejiendo su presencia en las telas de la vida cotidiana y los rituales sagrados.
Los mayas, conocidos por su sofisticación cultural, llevaban el aceite de Maíz a nuevos niveles. En sus cocinas, este líquido dorado no solo sazonaba sus alimentos, sino que también realzaba sus rituales. Los sacerdotes mayas, en sus ceremonias religiosas, untaban el aceite sobre sus cuerpos como una conexión con lo divino, creando un vínculo tangible entre lo terrenal y lo espiritual.
En un giro sorprendente, el aceite de Maíz también se entrelazaba con el pulque, una bebida sagrada de los aztecas. Se decía que añadir unas gotas de este aceite al pulque mejoraba su sabor y propiedades. Este acto no solo era gastronómico, sino también ritual, creando un nexo entre lo divino y lo terrenal en cada sorbo.
Ambas civilizaciones veneraban el Maíz como una deidad, considerándolo un regalo de los dioses. La extracción del aceite se convirtió en una alquimia sagrada, donde los granos amarillos eran transformados en un elixir que tocaba todos los aspectos de la vida, desde la cocina hasta los rituales religiosos.
Hoy, el aceite Extravirgen de Maíz sigue siendo un elemento clave en la cocina, pero su riqueza cultural trasciende las recetas. Cada vez que vertemos este líquido dorado, seguimos una tradición que se originó en las civilizaciones maya y azteca, una tradición que ha perdurado a lo largo de los siglos, llevando consigo los ecos de rituales y ceremonias que conectaban lo humano con lo divino.
Aquí te presentamos una receta inspirada en la antigua cocina maya, donde este preciado aceite despierta los sentidos y rinde homenaje a la herencia gastronómica de esta civilización.
Pollo con Salsa de Achiote (Urucum) y Aceite de Maíz:
Ingredientes:
4 pechugas de pollo deshuesadas y sin piel
2 cucharadas de aceite virgen de maíz
2 cucharadas de Achiote (Urucum en polvo)
1 cucharadita de comino molido
2 dientes de ajo picados
1/2 taza de jugo de naranja
1/4 taza de vinagre de sidra de manzana
Sal y pimienta al gusto
Instrucciones:
Preparación del Pollo:
En un tazón, mezcla el aceite de Maíz, Achiote, comino, ajo, jugo de naranja, vinagre, sal y pimienta para crear la marinada. Coloca las pechugas de pollo en una bolsa ziploc y vierte la marinada sobre ellas. Asegúrate de cubrir todo el pollo. Refrigera durante al menos 2 horas o toda la noche para una absorción completa de sabores.
Cocción:
Precalienta el horno a 180°C.Retira el pollo de la marinada y colócalo en una bandeja para horno. Reserva la marinada. Hornea el pollo durante aproximadamente 25-30 minutos o hasta que esté completamente cocido.
Salsa de Achiote:
Mientras el pollo se cocina, lleva la marinada a ebullición en una cacerola. Reduce el fuego y deja cocinar a fuego lento durante unos 10 minutos o hasta que la salsa se espese.
Presentación:
Sirve el pollo en platos individuales y rocía generosamente con la salsa de Achiote. Acompaña con arroz o tortillas de maíz.
Esta receta fusiona la magia de la marinada maya con el aceite virgen de Maíz, creando un plato que transporta los sabores ancestrales a tu mesa. ¡Disfruta de este festín que celebra la herencia culinaria de ésta antigua civilización!